27 febrero 2011

No se preocupen… ocúpense

Posted by P. Pedro Ayala | 27 febrero 2011 | Category: |

P. Pedro Ayala sdb. Es frecuente encontrar en los noticieros información sobre la economía del país, aumento o descenso de la tasa de desempleo, enero, por ejemplo, fue un mes bueno, la tasa de desempleo en México alcanzó el 5,43 % de la Población Económicamente Activa (PEA) en enero pasado, una cifra inferior al 5,87 % registrado durante el mismo mes de 2010, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Ciertamente es buena noticia, y más para aquellos que lograron encontrar un trabajo, pero el rostro de los desempleados es concreto, tiene nombre y apellidos, y todavía hay un 5,43% de la población que esta sin trabajo.

Hoy en día, la gran influencia que tienen los medios de comunicación social, el continuo bombardeo de la mercadotecnia, han favorecido una cultura de consumo, donde vale quien tiene el poder de adquirir aquellos productos, bienes o servicios que se nos han presentado como indispensables para alcanzar la felicidad. Y muchas veces podemos vivir preocupados en cómo aumentar nuestra capacidad de consumo, una pre-ocupación que genera tensión, disgusto, frustración y lo que menos produce es felicidad.

Esta es la realidad que vivimos, realidad que es iluminada con la Luz que es Cristo y que nos invita a confiar, confiar en la providencia de Dios, reconocer que Dios es Padre y conoce nuestras necesidades, “Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas?”. No vivan pre-ocupados por el vestido y el alimento, Dios proveerá, el verá por nosotros, somos invitados entonces, a ocuparnos de construir el Reino de Dios. La enseñanza de Jesús en el evangelio es ésta, pero cómo podemos entenderla.

La respuesta esta en la escala de valores que nosotros establecemos, en situarnos desde la perspectiva de Dios, colocando las cosas de este mundo, las relaciones personales y nuestra propia persona en orden de importancia. No se trata de decir que la comida y el vestido no tienen importancia. Jesús no promueve la desobligación y la vagancia. Nos recuerda que en nuestra escala de valores, la familia tiene o debe tener un lugar más importante que el trabajo, que las relaciones personales son más importantes que el dinero.

Podemos decir que a la raíz de muchas situaciones que vivimos en nuestro país, esta el egoísmo, la ambición y la codicia de muchas personas que han centrado su vida sólo en hacer dinero, sin importarles que como consecuencia de estas decisiones, se destruya la vida de muchos. El Evangelio es actual e ilumina nuestra vida. No se puede servir a dos amos, estar al servicio del dinero nos esclaviza, el dinero ha de estar al servicio del hombre, al servicio de la construcción del Reino de Dios, que se expresa en la justicia social, en la caridad. Ojala que aceptemos a Jesús como nuestro señor, y no al dinero.

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