05 febrero 2011

Ser sal y luz

Posted by P. Pedro Ayala | 05 febrero 2011 | Category: |


La sal y la luz son dos elementos cotidianos, ordinarios en la vida todas las familias, son necesarios. Tienen funciones muy sencillas pero a la vez de mucha importancia, la sal sirve para dar sabor, para sazonar, sólo nos privamos de la sal cuando por prescripción médica nos orienta reducir su consumo, la sal sirve también para purificar y conservar, ciertamente hoy tenemos métodos más efectivos para la conservación, como lo es la refrigeración, pero el sabor es muy diferente cuando los productos como el queso o la carne son conservados con sal. Lo mismo podemos decir de la luz, es un elemento tan ordinario, que poco pensamos en ella, la tenemos en nuestro hogares con tanta facilidad, -sólo encender un apagador- que reflexionamos y nos detenemos a pensar un poco en ella cuando no está.´

Pues bien, hoy Jesús en la buena noticia que nos comunica a través de su Palabra, se dirige a sus discípulos, (a los que le conocieron y compartieron un mismo espacio y tiempo, a nosotros que por la fe le aceptamos y le seguimos) y nos dice "ustedes son sal y luz del mundo" una expresión que a lo mejor resulta familiar, que en muchas otras ocasiones la hemos escuchado, que incluso hemos predicado y hablado a los demás. Pues bien, hoy somos invitados a reflexionar a partir de estos dos elementos.

¿Qué significa para nosotros cristianos, discípulos de Jesús ser hoy sal y luz de mundo? Es una pregunta interesante al considerar la situación convulsa que nos toca vivir, al menos en México, donde la violencia cada vez es más fuerte, y parece que mejor organizada que el sistema de justicia, donde la oscuridad parece apoderarse de los corazones de muchos, que temen salir de sus casas, donde la injusticia se vive en carne propia al contemplar una clase política que vive en la opulencia y parece que poco le interesa la situación de los mexicanos de a pie, donde incluso vemos una Iglesia en ocasiones aburguesada, y que nosotros como ministros no siempre buscamos ayudar el pobre y comunicar la buena noticia. Cierto que es una buena pregunta, pero no se puede quedar únicamente allí. Nos ayuda a ver, nos ha de llevar a juzgar desde el evangelio y el criterio que Cristo Jesús nos presenta con su enseñanza y sobre todo nos ha de llevar a ACTUAR, el profeta Isaías reclama al pueblo sus prácticas religiosas que muchas veces se encuentran desarticuladas de la fe y la justicia con los pobres, y con su palabra invita a ser Luz, practicando la caridad, la justicia que se expresa en un amor misericordioso, "cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas". Ese es el actuar que ha de brotar de forma espontánea después de recibir la buena noticia del evangelio. Un mundo mejor, una sociedad más justa, son posibles en la medida en que dejemos que Cristo ilumine nuestra vida y que nosotros seamos SAL y LUZ para nuestro mundo, nuestra sociedad y nuestra familia.

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